Era tiempo de ser niña y trepar árboles
de los rostros sin rostro
los huesos sin nombre
y el duelo y la sangre
era tiempo de ausencias
y el cuerpo de Cristo
y quebrarse la luz en el odio
era el cielo de un dios vengativo
de mi boca invisible
mordaza cosida
en alambre y silencios
y un hielo de frío
y espuelas de hielo en la noche
por el cuerpo de Cristo
y la sangre de Cristo
era el tiempo del dolor del día
(luto de seda negra y pañuelo rojo
en la memoria)
que la paz de Dios
descienda
sobre los pecados del mundo
era el tiempo de ser niña
y trepar árboles
decidme ahora
de qué color eran mis pecados.
Ilustración: José Ramón Urtasun
De: Memoria poética. Inspirado en la vida de Pilar García Goñi (✞ fallecida el 03/04/22)