El niño mira como quien construye
un canto de amor para la muerte
como si la bala serpiente rectilínea
no atravesara el invierno
cerrando los ojos
del último testigo de la noche ¡shsss…!
Y ya no existe niño solo
fuego irreversible
adentrándose en la carne
o panza oscura del nicho
banderita blanca
en este foso del que huyeran las culebras
los ángeles juegan y se esconden
eclipse vacío de todo
y Dios sentado y Dios sentado
y ahora qué.
De: El ojo cegado