Bicicletas

Sucede que un día  nos rompemos
-un eje un radio una cubierta-.
El timbre deja de sonar
y ya nadie nos repara.

El óxido nos invade 
mientras la lluvia 
bendice la tierra.                                                   

Qué otra cosa podemos hacer
sino dormir al raso 
en los ojos de las lechuzas 

y en el sueño de la noche
deslizarnos desmembradas
tras el chirriar de nuestros radios 
       a t r a v e s a n d o 
la ciudad de las sombras.

Alejarse alejarse alejarse

antes de que despierte Dios 
o nos delate la última estrella. 

Deslizarse sobre un infinito sin fondo. Deslizarse hacia. No desliz, porosidad de los huesos (y del alma).

De: Ashwayats

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Isabel Hualde
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