Sucede que un día nos rompemos
-un eje un radio una cubierta-.
El timbre deja de sonar
y ya nadie nos repara.
El óxido nos invade
mientras la lluvia
bendice la tierra.
Qué otra cosa podemos hacer
sino dormir al raso
en los ojos de las lechuzas
y en el sueño de la noche
deslizarnos desmembradas
tras el chirriar de nuestros radios
a t r a v e s a n d o
la ciudad de las sombras.
Alejarse alejarse alejarse
antes de que despierte Dios
o nos delate la última estrella.
Deslizarse sobre un infinito sin fondo. Deslizarse hacia. No desliz, porosidad de los huesos (y del alma).
De: Ashwayats